Un gran atractivo del
Valle de Valdeón, es el de conservar 83 hórreos, los cuales muestran variedad
en sus estructuras. Su peculiar forma, así como los materiales nobles con los
que fueron construidos, transmiten un carácter pintoresco y transportan al que
lo contempla a épocas pasadas.
La antigúedad de estas construcciones es
tal, que ya en el siglo I a.C. Marco Terencio Varrón (116-27 a. C.) lo
mencionaba en sus escritos, describiendolos:
“Otros construyen en sus campos unos
graneros suspendidos sobre el suelo, como en Hispania Citerior y algunas
comarcas de la Apulia. Estos graneros se ventilan no sólo por el aire que
penetra por los lados, a través de las ventanas, sino también por el que corre
por debajo del piso de los mismos”.
Un hórreo es una construcción destinada a
guardar y conservar los alimentos alejados de la humedad y de los animales para
mantenerlos en un estado óptimo para su consumo. Se caracteriza por
mantenerse levantado sobre pilares para evitar la entrada de humedad y de
animales (especialmente ratones y otros roedores) desde el suelo y por permitir la ventilación a través de ranuras
en las paredes perimétricas.
Estos se extienden por gran parte del
norte de España (Galicia, Asturias, norte de las provincias de León y Palencia,
en el País Vasco, y en Santander; y en el norte de Portugal hasta la ribera
izquierda del Duero). En zonas donde la pronta llegada
de un invierno largo, frío y húmedo obliga a realizar cosechas tempranas.
El estilo del Valle de
Valdeón aporta nuevos elementos que no habíamos
visto como es el caso de utilizarse la Uralita como techumbre, la existencia de
más de una puerta en algunos casos y aparece así mismo la ventana en algunos
hórreos.
En Santa Marina de Valdeón hay en la actualidad 11 hórreos, predominan los
pegollos de madera; cubiertos por teja, seis tienen el tejado a dos aguadas y
cinco a cuatro. Y uno de ellos está acondicionado para la estancia. Los más
románticos pueden alquilarlo y disfrutar de él.
En Prada aún podemos contemplar 14 hórreos, uno de ellos es de reciente
construcción.
En Caldevilla hay 13 hórreos.
En Soto con 16 es el pueblo que
cuenta con más hórreos de todo el concejo. Lo más destacable de los hórreos de
Soto de Valdeón es la supuesta antigüedad de alguno de ellos; en concreto dos
de ellos se encuentran probablemente entre los más longevos de estas montañas.
En Posada de Valdeón existen 10 hórreos.
Los Llanos cuenta con 12 hórreos. Una
singularidad de Los Llanos es la de contar con 3 hórreos que utilizan la
uralita como material para la techumbre.
Cordiñanes posee actualmente seis
hórreos.
Y Caín sólo tiene un hórreo.
Sobre su estructura, podemos decir que se encuentran suspendidos en el aire sobre los
“pegollos”, pilares de forma cuadrangular que van estrechándose hacía arriba.
Los pegollos descansan sobre basas, piedras que evitan que estén en contacto
con la humedad del suelo en el caso de los de madera, además en general
aumentan la superficie de apoyo. Sobre los pegollos descansan los torna-ratos,
piedras planas, algunas circulares, de poco grosor y de mayor área que la
cabeza del pegollo, evitan que ratones y otros animales puedan trepar y tener
acceso al interior del hórreo.
Sobre los torna-ratos se asientan cuatro
gruesas vigas de madera ensambladas, que forman la base de la estructura del
hórreo, esta base presenta unas veces planta cuadrada y otras rectangular; las
puntas de estas vigas sobresalen hacía el exterior entre 20 y 50 centímetros.
Sobre este básico armazón se levantan perpendicularmente sobre sus esquinas los
pilares del edificio, estos ayudados por otros colocados entre los vanos y, los
que sirven para fijar la puerta sirven de base a la estructura del tejado.
Los tejados están tanto a cuatro aguadas
como a dos, todos están cubiertos por teja y cuentan con un alero suficiente
para salvaguardar las paredes.
Las paredes del hórreo al igual que el
piso están formadas por anchos tablones, en las paredes el tablazón esta
colocado tanto horizontal como verticalmente entre los pilares.
Algunos disponen de más de una puerta de
acceso, lo que hace suponer la existencia de divisiones interiores. Para
acceder a ellos disponen de una escalera, la meseta de la escalera se queda
unos 50 centímetros más baja que el piso del hórreo con el fin de evitar el
acceso al hórreo a través de las escaleras de los roedores y otras alimañas.
Para acceder al interior del hórreo se ha de pasar desde la meseta de la
escalera a una especie de repisa de tabla llamada tenovia, está va colocada de
pegollo a pegollo en el frente de la puerta.
Con este dibujo de las partes de un hórreo, nos despedimos. Esperamos que os haya gustado la entrada, y si es así, os animamos a disfrutar de las maravillas que os ofrece el Valle de Valdeón, Picos de Europa.
Un gran abrazo desde Camping el Cares!!
Referencia bibliográfica: Miguel Valladares Álvarez, Revista comarcal.
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